Los estudios de la neurociencia sobre el cerebro aportan descubrimientos que están siendo aprovechados por distintas disciplinas para mejorar sus respectivos objetivos. Así, se están teniendo muy en cuenta los beneficios de la neuroeducación en Educación Infantil para aplicarlos a la optimización de la enseñanza.
ESTRUCTURAR CEREBROS SÓLIDOS Y BIEN FORMADOS
Cada cerebro es único y su desarrollo se ve afectado tanto por la genética como por el ambiente. En la infancia, más que en cualquier otra etapa, las experiencias modelan el cerebro anatómica y fisiológicamente, debido a su enorme plasticidad. Los cambios en el cerebro tienen consecuencias para la conducta, el pensamiento y el sentimiento. Ahí es donde la neurociencia hace su aportación para que los niños vivan experiencias significativas que contribuyan positivamente a su formación y comprensión del mundo que les rodea.
DETECTAR, PREVENIR Y AFRONTAR PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE
En la etapa de Educación Infantil se acelera el desarrollo de las funciones ejecutivas, que son las que facilitan al niño la acción voluntaria y controlada frente al impulso irreflexivo. También hacen que aumente el tiempo que es capaz de mantener la atención. Estas habilidades son claves para el desarrollo de otras más complejas necesarias para toda la vida. Gracias a la neuroeducación se pueden detectar, anticipar e incluso corregir disfunciones o dificultades que pueden surgir durante todo el proceso.
LA EMOCIÓN, LA ATENCIÓN Y EL JUEGO
El aprendizaje tiene una vinculación directa con la emoción. Francisco Mora Teruel, médico doctor en neurociencias, va más allá y afirma que “el cerebro solo aprende si hay emoción”. El primer paso lógico de la enseñanza es despertar la curiosidad, que es la antesala de la atención. Sabemos que no debemos pedir al alumno que nos preste atención, sino que debemos capturarla. Además debemos aprovechar el potencial del juego como catalizador del aprendizaje. Éste facilita la experimentación, desarrolla la creatividad, estimula la curiosidad y permite conectar lo que se aprende con su utilidad. Cuando el niño entiende para qué le sirve lo que está aprendiendo en su día a día, se logra un aprendizaje significativo, más sólido.
EL ESFUERZO DE APRENDER
Todo esfuerzo cognitivo consume oxígeno y el ejercicio físico moderado es un excelente suministrador de oxígeno para el cerebro. Otros requisitos imprescindibles en el proceso de aprendizaje son: el control riguroso de los tiempos atencionales asociados a cada edad, para evitar que los alumnos caigan en la desatención; y la madurez del cerebro para afrontar el aprendizaje que se le exige. El “cuanto antes, mejor” no puede aplicarse en la enseñanza. Por ejemplo, obligar a un niño a aprender a leer cuando su cerebro no está maduro, es someterlo a un estrés y a una posible frustración que quedarán asociados al aprendizaje, al colegio, al profesor, etc. Y, obviamente, acarrea graves consecuencias como la caída de la atención, la falta de interés, la desmotivación, la depresión, el hundimiento de la autoconfianza y otros problemas que perjudicarán al desarrollo del alumno, como estudiante y como persona.
CEREBROS NEUROLÓGICAMENTE CONECTADOS
Según David Bueno, biólogo, genetista y autor de varios libros de divulgación científica, “el aprendizaje se basa en la conectividad de las neuronas y durante la infancia se forman más conexiones”.
Ya que la neuroeducación nos da pautas para potenciar el desarrollo adecuado del cerebro en la etapa de Educación Infantil, debemos diseñar actividades orientadas a la formación de un cerebro rico en conexiones neuronales, destinadas a mejorar el aprendizaje de todos los alumnos y que sean óptimas para el crecimiento mentalmente sano de los niños.
BENEFICIOS DE LA NEUROEDUCACIÓN EN LA EDUCACIÓN INFANTIL
Teniendo en cuenta que el principal objetivo de la neuroeducación es la optimización del aprendizaje, es decir, que el cerebro aprenda más y mejor, podríamos compendiar sus ventajas en los siguientes beneficios para el profesor:
- Entender el funcionamiento del cerebro para diseñar actividades adecuadas. Ser moldeadores de cerebros sólidos y bien formados.
- Detectar, prevenir y afrontar problemas en el aprendizaje.
- Observar y analizar las conductas y el control de las emociones de los alumnos.
- Provocar la curiosidad para incrementar la atención.
- Aprovechar el conocimiento de las diferencias de los cerebros para personalizar la enseñanza con el fin de mejorar el aprendizaje de cada alumno.
Así pues la neuroeducación puede contribuir de manera significativa en el proceso de aprendizaje de los alumnos de Educación Infantil. Si quieres saber cómo se aplica en las visitas culturales, ¡ponte en contacto con Aprendeaver!